En declaraciones recientes, el presidente Luis Abinader hizo referencia informal a una relación entre el conocimiento del idioma inglés y las condiciones de vida de la población, al declarar que “no hay ningún dominicano que sepa inglés que sea pobre”. ¿En qué medida tal declaración se corresponde con los datos disponibles? No existe ningún estudio o encuesta que profundice en ese tema, pero algunas informaciones permiten establecer ciertas relaciones relevantes.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR) 2018, solo 7.1% de la población dominicana habla inglés, y si se considera únicamente a las personas con una edad de 15 años o más, el porcentaje alcanza 9.1%. Sin embargo, “los datos agregados ocultan muchas verdades,” y este caso no es una excepción. Si se desagrega por región de desarrollo, se observan niveles mucho más bajos en Enriquillo, El Valle y Cibao Nordeste, con un mínimo de 2.2%, y niveles más altos en las regiones Del Yuma, Ozama y Cibao Norte, con un máximo de 14.5%.
Mapa 1. Proporción de personas en edad de trabajar que habla inglés por región de desarrollo

Por otra parte, alrededor de 21.7% de la población dominicana de 15 años o más era pobre en 2018, según el Índice de Calidad de Vida (ICV). Pero ¿cuál es la relación entre el conocimiento del inglés y las condiciones de pobreza? El análisis combinado de esos dos aspectos muestra que para aquellos que no hablan inglés, la tasa de pobreza alcanzaba 24.3%, mientras que, para aquellos que sí hablaban inglés, el nivel de pobreza era solo de 5.8%. Se observa también que entre la población de 15 años o más que habla inglés, alrededor de 75.4% se encuentra en el nivel de condiciones de vida más alto (ICV 4); entre los que no hablan inglés, el porcentaje en el nivel de condiciones de vida más elevado se coloca en 33.4% –¡menos de la mitad!
Figura 1. Distribución de la población por Condiciones de Vida,
según conocimiento de inglés

Esto lleva a las dos preguntas clave: ¿Puede el mero conocimiento del idioma inglés ser la causa de estas diferencias en las condiciones de vida de las personas, o hay otros factores que influyen en estos resultados? La respuesta resulta difícil, pues el conocimiento de inglés está altamente relacionado con otras características de las personas. Por ejemplo, la tasa de ocupación ―es decir, el porcentaje de la población en edad de trabajar que se encuentra trabajando― es considerablemente superior entre aquellos que hablan inglés que entre aquellos que no hablan esa lengua. Igualmente, entre las personas que hablan inglés, dos de cada tres tiene estudios universitarios, pero entre los que no hablan inglés, solo uno de cada cinco tiene educación superior.
Figura 2: Distribución de la población por nivel educativo y condición de ocupación,
según conocimiento de inglés

Indudablemente, el presidente Abinader tiene razón: Hay una relación positiva entre saber inglés y la calidad de vida. Pero, correlación no es causalidad. Una interpretación de los datos es que saber inglés mejora condiciones de vida; otra interpretación es que las personas con mejores niveles de vida son las únicas que consiguen aprender inglés. Estas notas abren más preguntas que las que cierra, pues es probable que ambas interpretaciones tengan algo de verdad.
La declaración del presidente es una invitación para seguir profundizando en un tema de gran importancia para nuestra sociedad.